Capítulo 8- El hospital contaminado.
Eran cerca de las 11 de la mañana, me habían llevado un par
de cadáveres para realizarles la autopsia, nada sobrenatural. William entró,
como de costumbre, se trataba de un nuevo caso.
-¡Doctora es hora de divertirse afuera!- exclamó.
-Sí, espera solo tengo que- me interrumpió.
-No, ya es hora de irse- dijo.
Salimos rápido hacia su auto, nos subimos.
-Un hospital, nos llamaron, desde las 6 de la mañana han
muerto personas- dijo.
-Es un hospital, si al paciente no le hace efecto la
medicina o está muy débil se muere- dije.
-Es distinto, no se trata de que hayan muerto de causas
naturales.
-Bueno, haré lo que pueda, pero en los hospitales tienen
médicos que se dedican especialmente a eso, mi profesión es para estar en la
morgue- sonreí.
William me miró y sonrió también.
Llegamos al hospital y entramos, fuimos con la
recepcionista.
-Hola, somos los detectives que mandaron llamar- dijo
William.
-Por aquí por favor- dijo la recepcionista.
Nos llevó a la oficina de la trabajadora social, enseguida
nos atendió.
-Por favor siéntense, mi nombre es Lucy Holligan soy la
trabajadora social del hospital- dijo.
-Gracias señorita Holligan, soy el detective Nicholls y ella
es mi compañera la doctora Grey- dijo William.
-¿Doctora? Nosotros tenemos doctores, no era necesario que
viniera- dijo volteando a verme.
-Si lo era, si son asesinatos ella es la que revisará los
cuerpos- dijo William.
-Bueno, hoy en la mañana murió el primer paciente, Roger
Johnson, tenía 71 años de edad, ingresó al hospital por una pulmonía, se la
trataron y respondió bien al medicamento, en dos días lo darían de alta pero,
bueno, ya será posible; después de una hora murió el segundo paciente, Amalia
Cross, tenía 45 años de edad, ingresó al hospital por una úlcera gástrica, se estaba
tratando; una hora más tarde murió el tercer paciente, Craig Nicholls, tenía 54
años de edad, ingresó- William la interrumpió.
-¿Craig Nicholls?- preguntó.
-Sí, ingresó al hospital por un- William volvió a
interrumpirla.
-Un derrame cerebral- dijo.
La trabajadora social volteó a verlo, yo hice lo mismo,
William bajó la cabeza.
-¿Qué pasó después?- preguntó fríamente.
-Después de morir el señor Nicholls, una hora más tarde
murió el cuarto paciente y hasta ahora el último, Peter Foster, tenía 24 años de
edad, ingresó por una caída de las escaleras, se rompió el tobillo, el cuello y
se dislocó el hombro.
-Muy bien, revisaré los cuerpos- dije.
-Los doctores están haciendo eso- dijo la trabajadora
social.
-Ninguno de los pacientes ingresó al hospital por causas
similares, es obvio que son asesinatos, así que ¿a dónde voy para revisarlos?-
dije.
La trabajadora social se levantó, William también y nos
llevó a la sala donde estaban los cuerpos, William no quiso entrar, se quedó
afuera.
-Doctor Parker ella es la forense de la policía, quiere
revisar los cuerpos- dijo.
-Ya me estoy encargando, en unos minutos le daré el informe
de la autopsia- lo interrumpí.
-Son víctimas de homicidios, así que a mí me corresponde
hacer la autopsia- dije.
-Eran pacientes del hospital, yo tengo que hacerla-
insistió.
-¿Es forense?- pregunté.
-Eso no tiene que ver, a mí me ordenaron hacer las
autopsias- respondió.
-Sí tiene que ver, nos llevaremos los cuerpos a la morgue y
ahí los revisaré- dije.
Una enfermera entró de inmediato y habló con la trabajadora
social.
-Otro muerto- dijo la trabajadora social.
Fuimos rápidamente a la habitación del paciente, entramos y
me acerqué, el doctor Parker hizo lo mismo.
-Es la quinta víctima, creo que si me corresponderá a mí
llevar el caso- dije.
El doctor Parker me miró sorprendido, se alejó hasta quedar
cerca de la puerta, yo comencé a revisar.
-Esta chica tenía cáncer, no muy avanzado pero lo tenía-
dije- bien preparen los cinco cuerpos y llévenlos a la morgue.
Salimos de ahí y comenzaron a preparar los cuerpos, incluso
los que el doctor ya había revisado, bajamos por las escaleras y la trabajadora
social protestó.
-No se pueden llevar los cuerpos- dijo.
-Sí podemos, son asesinatos en serie y esos casos le
corresponden a mí compañera- dijo William.
No fuimos enseguida, William iba callado en el auto, no
quiso ir conmigo al laboratorio, se quedó afuera sentado, pensando. Yo analicé
los cuerpos, Matt me ayudo, eran cinco cuerpos y podría ser que en menos de una
hora volviera a morir alguien. Terminamos y salí a hablarle a William.
-Asfixia, les suministraron gas- dije.
William no dijo nada.
-¿Qué pasa? Tú no eres así.
-La tercer víctima era mi padre- soltó el llanto.
Me senté junto a él y lo abrace, no sabía que decirle solo
lo abrace.
-Mi madre ya me llamó, el hospital le avisó, le dije que el
cuerpo de papá estaba aquí, va a venir- dijo.
-Está bien, los dejaré a solas- dije.
-No, no, tienes que trabajar, además corremos el riesgo de
que vuelva a morir alguien- se secó las lágrimas y volvió a abrazarme.
-Iré al hospital, revisaré todas las habitaciones, tú
quédate con tu mamá- me separé de él.
Salí de la morgue y me dirigí al hospital, pase por todos
los pisos pero no había nada raro, observé bien donde podía pero no había nada.
Me dirigí a la oficina de la trabajadora social y pude ver que estaba con el
doctor Parker, besándose, abrazándose, entré rápidamente.
-Me gustaría ver las habitaciones de los pacientes
fallecidos- dije.
Ambos dieron un salto y se separaron, comenzaron a
arreglarse su ropa y el cabello.
-¿Para qué?- preguntó la trabajadora social.
-Murieron de asfixia, les suministraron un gas pero no por
la nariz, fue en el suero, puede ser que vuelva a atacar tenemos que salvar a
los pacientes.
Los dos se voltearon a ver entre sí, yo los miré fijamente,
voltearon a verme y se me acercaron, de repente la trabajadora social me dio un
golpe y me tomaron de los brazos.
Desperté y estaba atada a una silla en un cuarto con poca
iluminación, tenía la boca tapada con cinta, no podía gritar. El doctor y la
trabajadora social entraron.
-Doctora Grey ¿cómo durmió?- preguntó el doctor.
Lo miré con odio.
-Tranquila, soy un fan suyo, he ido a sus conferencias en la
universidad, usted es muy buena- sonrió- sabía que si asesinaba a alguien la
atraería, cuando la vi no lo podía creer, me dio miedo por eso no quise darle
los cuerpos pero bueno, ya los tiene y yo la tengo a usted, nadie sabrá que le
pasó, solo nosotros y claro que lo negaremos todo- rio.
Lo continué viendo con odio, no podía hacer nada.
-¿Prefiere sufrir o morir rápido?- preguntó- aunque antes yo
la disfrutaré, usted es joven y hermosa, me encanta de cierta manera, aunque su
belleza no la salvará.
Se acercó a mí y comenzó a recorrer mi cuerpo con sus dedos,
después se acercó a mi cabeza y comenzó a oler mi cabello.
-No sabe cuánto desee este momento- respiró fuerte y tomó mi
cabello entre sus manos- oler su sedoso cabello, tenerla así como está.
Llevo sus manos a mis hombros, los frotó y después acercó su
rostro a mi cuello y lo besó.
-Su compañero el detective debe de seguir llorando por la
muerte de su padre, no vendrá a rescatarla- rio.
Se alejó y tomó un bisturí, caminó alrededor de mí, hablaba
consigo mismo, de repente la puerta se abrió de un golpe y entró William con
una pistola apuntando al doctor.
-Suéltala- dijo.
-Pensé que seguiría con su padre, por cierto ¿cómo está?-
dijo sarcásticamente.
William se acercó a él sin dejar de apuntarle con la
pistola.
-Me dijo que le gustaría verlo tras las rejas a usted-
sonrió.
El doctor soltó el bisturí y así William lo esposo, unos
cuantos policías entraron, uno de ellos esposo a la trabajadora social y otro
me ayudo a desatar. Se los llevaron y William y yo salimos del hospital.
-¿Cómo está tu mamá?- pregunté.
-Bien, se quedó con Matt platicando- sonrió.
-Me alegro, oye lo siento mucho, no sabía que decirte y- me
interrumpió.
-No hay problema, tu abrazo fue el
mejor consuelo que encontré, gracias- sonrió de nuevo.