miércoles, 17 de abril de 2013

Un caso de amor.


Capítulo 26- El nuevo equipo.
2 de enero.
-Me alegro mucho verte, Lyla, espero que reconsideres la opción de irte con nosotros- dijo Nicole.
-Lo pensaré- dije.
-Sí tía, ven a vivir con nosotros, y que Will venga también- dijo Ryan.
-Claro que iré, Lyla y yo no nos separaremos nunca más- sonrió William.
Anunciaron la salida del vuelo a España.
-Ya tenemos que irnos- dijo David- mucho gusto señor Nicholls.
-El gusto fue mío- dijo William con una sonrisa fingida.
-Adiós Lyla- dijo David y luego comenzó a caminar.
Nicole y Ryan se despidieron de mejor manera.
-Te voy a extrañar tía- dijo Ryan al darme un abrazo- te prometo llamarte y contarte todo lo que pase en la escuela.
-Me parece bien- sonreí.
Ryan se fue a despedir de William, Nicole se acercó a mí y me dio un abrazo.
-Lyla, te voy a extrañar- dijo con voz débil- eres mi hermana y te quiero mucho- me dio un beso en la mejilla- cuídate, no creas que no me entere de lo que pasaste.
-Está bien, cuídate tú también, y cuida a Ryan, es un niño maravilloso- dije.
Nicole sonrió, unas lágrimas salieron de sus ojos; Ryan fue con ella y la tomó de la mano.
-¡Adiós!- dijeron ambos.
Así se fueron, me quedé viéndolos como se alejaban; William se acercó a mí y puso su cabeza junto a la mía.
-Qué bueno que tu hermana vino unos días, te veo un poco más alegre- susurró a mi oído.
Voltee a verlo y sonreí.
Después de dejarlos en el aeropuerto fuimos al trabajo; al llegar notamos que el auto de él jefe no estaba sino que en su lugar había otro auto, pensamos que se lo habían dado y acordamos ir a su oficina.
Entramos al edificio y William saludó a algunos policías, de repente se encontró con la secretaria del jefe.
-Hola, feliz año- dijo William.
-Gracias Will, justamente iba por ustedes, son los únicos que faltan de saber la nueva noticia- dijo.
-¿Qué noticia?- preguntó William.
-El detective Samuels fue a Italia, el servicio secreto se lo pidió.
-¿Y entonces? ¿Quién es el nuevo jefe?
En ese momento de la oficina del jefe salió un hombre; joven, delgado, muy alto; vestía un pantalón negro entubado, una camisa blanca y unos zapatos de vestir; su cabello era corto y castaño. Al salir volteó a vernos, tenía las manos dentro del pantalón y las mangas de la camisa estaban arremangadas, no llevaba corbata y la camisa estaba abierta de arriba, se acercó a nosotros.
-Yo, detective Nicholls- dijo con voz profunda y seria.
William lo vio de arriba hacia abajo.
-Ah- sonrió- mucho gusto- estiro la mano.
El hombre se quedó inmóvil y solo vio la mano de William.
-Soy el detective Greg Cassells- dijo.
William bajó la mano y agachó la cabeza.
-Vengan a mi oficina- dijo.
El detective Cassells caminó hacia la oficina y nosotros lo seguimos sin decir nada. Al entrar estaba recargado en el escritorio con los brazos cruzados.
-El detective Samuels fue enviado a Italia por el servicio secreto- dijo- fue a capturar a los mafiosos que mataron a los funcionarios y al hijo del primer ministro.
-Lo sabemos- el detective interrumpió a William.
-Fue a limpiar lo que usted detective Nicholls no pudo- miró a William con una mirada penetrante.
William se quedó inmóvil, bajó la cabeza y su respiración se agitó.
-Entonces habrá unos cambios- lo interrumpí.
-La reina de la rosa secuestró al detective Nicholls, mató al detective Croft y- ahora él me interrumpió.
-No nos importa la reina de la rosa, queremos a los asesinos- dijo.
Lo miré fijamente, él hizo lo mismo y se creó una tensión entre los dos.
-Entonces, como les decía, habrá unos cambios; en primera la doctora tendrá una nueva ayudante- dijo.
-Me niego a eso, Stephanie trabaja excelente, solo aceptaría si fuera Matt- dije.
-Bueno el joven Matt ya se tituló entonces no podría, a menos que claro, usted se fuera- me miró con soberbia- y la señorita Stephanie también se tituló ya y se fue a Hong Kong, le ofrecieron un excelente trabajo.
-Entonces yo escogeré a mi ayudante- dije.
-No puede hacer eso, ya tenemos a la señorita que le ayudará.
Entonces entró por la puerta una mujer, joven también, era muy alta, delgada, de piel bronceada y cabello negro; vestía una falda a la rodilla de color negro, una camisa blanca y un saco negro.
-Ah, Alice, llegaste en el momento justo- dijo el detective.
La mujer caminó hacia el detective y se paró junto a él.
-Ella es Alice Gallagher, la nueva ayudante de la doctora Grey- sonrió.
-Mucho gusto- dijo la mujer con una sonrisa dibujada en el rostro.
William le sonrió y yo solo la vi.
-Gracias Alice, puedes irte- dijo el detective.
Alice salió de la oficina y el detective la acompañó y cerró la puerta.
-Hablaré de algo que no quiero que se lo digan a nadie- dijo- el primer ministro pidió que hubieran dos detectives al cuidado de la doctora Grey, uno será usted detective Nicholls y el otro seré yo; con lo sucedido en Venecia no queremos arriesgarnos a que le pase algo, doctora.
-Pensé que no le importaba la reina de la rosa- dije.
-Es un tema delicado, hay gente en la policía que esta aliada a ellos, por eso no quise decirlo sino hasta que nadie pudiera oírnos- dijo.
-¿Y por qué quieren protegerme?- pregunté.
-Usted es una científica muy respetable, el país necesita gente como usted- respondió con una sonrisa.
-¿Por qué dice que hay gente en la policía que está con ellos?- preguntó William.
-Cuando el detective Samuels, el detective Croft y la doctora Grey fueron a Venecia salió un fax enviado desde aquí, de este edificio, y fue enviado a Italia- respondió.
William se sorprendió y yo me quede sin palabras.
-Entonces, cada vez que la doctora salga iré yo también con ella- continuó el detective.
-Pero, ella y yo siempre vamos juntos a interrogar a las personas, a la escena del crimen- el detective interrumpió a William.
-Ahora iremos los 3- miró a William- eso es todo, pueden retirarse.
William se quedó parado viéndolo fijamente, yo voltee a verlo y después al detective, que ya se había sentado en su silla de escritorio. Nos dimos la vuelta y caminamos hacia la puerta.
-Ah, doctora Grey, llegó un cuerpo, ¿podría realizarle la autopsia?- dijo el detective antes de que saliéramos.
Me detuve y voltee a verlo.
-¿Un asesinato?- pregunté.
-No, nada de eso, un adicto- sonrió.
Lo miré fijamente, él continuaba sonriendo.
-Bien- me di la vuelta y seguí caminando.
Fuimos hacia la salida para ir a la morgue; la secretaria del nuevo jefe esperaba afuera junto a la puerta, cuando William y yo la vimos se puso nerviosa.
-Lo siento, es que tengo que darle este documento al detective y- respiró apresurado- no quería interrumpir.
-Está bien, pero ¿qué te pasa? ¿Todo bien?- preguntó William mirándola de una manera extraña.
-Sí, estoy bien, solo que- suspiró- las policías mujeres dicen que el detective es muy atractivo y quieren que les ayude a tener una cita con él- se sonrojo.
William soltó una carcajada.
-No creo que solo las policías, por su nerviosismo veo que a usted también- sonrió.
La secretaria bajo la cabeza.
-Con permiso, detective- volteó a verme- con permiso doctora.
Seguimos caminando, William se reía.
-¿Atractivo? ¿Tú lo crees, Lyla?- preguntó entre risas.
-No lo sé- respondí.
Llegamos a la morgue y Alice, la nueva ayudante se acercó rápidamente.
-Doctora Grey, el cuerpo está listo para la autopsia- dijo.
-Alice, ¿tú crees que el detective Cassells sea atractivo?- preguntó William antes de soltar de nuevo una carcajada.
Alice volteó despacio a ver a William, sus mejillas se ruborizaron y sonrió.
-No lo creo- respondió.
Observé a los dos que ahora se estaban riendo, me quedé viéndolos por unos minutos. Presentí que este año que empezaba sería más divertido.

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