Capítulo 13- La joven de las muñecas.
Habían pasado los días, William aún seguía en Italia,
Charles aún era mi compañero, resolvíamos casos juntos y cada vez me comportaba
con más frialdad hacia Charles, él hacía lo posible para volver a ser el mismo
que era antes conmigo.
23 de enero: se encontró un tercer cuerpo a la salida de la
ciudad, una joven que vestía un vestido largo, amplio, color azul claro; se
identificó a la víctima como Charlotte Cassels de 19 años de edad. Se le
encontró sin ojos, con heridas a los lados de la boca, el vestido no presentaba
rastros de sangre.
El jefe había dado una conferencia a los medios ya que estos
asesinatos tenían intrigados a los habitantes de la ciudad, también los tenían
prevenidos de cualquier amenaza. Los tres cuerpos fueron hallados en el mismo
sitio, vestidos de igual manera aunque los vestidos cambiaban de color, la
forma en la que dejaba los rostros era igual siempre.
Charles llegó al laboratorio con los tres cadáveres y los
metió para que los examinara.
-Te traje algo para que te entretengas- dijo.
-Gracias- dije.
Me levanté de la silla y vi ahí los cadáveres, envueltos, lo
voltee a ver.
-¿Les dejaron los vestidos?- pregunté.
-Sí, les pedí que no las tocaran o te enojarías- sonrió.
Abrí las bolsas y estaban tal y como lo esperaba, vestidas.
-Las muñecas muertas- dijo Stephanie mientras entraba.
-¿Muñecas muertas?- preguntó Charles.
-Sí, desde que encontraron la primera las personas la
apodaron como ‘’la muñeca muerta’’- respondió- las matan y luego les ponen los
vestidos, también las maquillan.
-Sí y les dibujan una sonrisa- dije.
-Bien, bien, Lyla has las autopsias, Steph has lo que tengas
que hacer y yo iré por los expedientes de las víctimas- dijo Charles.
Stephanie y yo comenzamos a trabajar, Charles ya se había
ido. Al quitarles los vestidos nos dimos cuenta que tenían unos corsé y ropa
interior, pero no era ropa común, era ropa apropiada para usar los vestidos,
notamos 5 apuñaladas en el pecho, la causa de la muerte.
-¿Con qué hicieron las heridas?- pregunté.
-Bueno, las heridas que están al lado de la boca fueron
hechas con una navaja de filo delgado, las del pecho fueron hechas con un
cuchillo, lo más probable, de filo grueso- respondió Stephanie.
-Muy Stephanie- sonreí.
Stephanie se sonrojo y bajo la cabeza.
-¿Por qué bajas la cabeza? Hiciste una excelente deducción,
que es correcta por cierto, no veo motivo para que te apenes- dije.
-G-gracias doctora- titubeó.
-No soy tan mala como parezco, de hecho prefiero tener una
ayudante mujer, las mujeres son más listas y se distraen menos.
Stephanie levantó la cabeza y me vio.
-Nadie me había dicho eso- sonrió.
-Bueno ahora alguien ya te lo dijo, y no una persona
cualquiera, la única científica que es escuchada por los policías- le guiñé el
ojo- investiga exactamente qué tipo de navaja y cuchillo utilizó.
-Claro.
Me quité la bata y salí de la morgue, me atravesé la calle y
entre al edificio de la policía, fui directo a la oficina de Charles.
-Las apuñalaron en el pecho- dije.
-Muy bien, los padres ya fueron avisados, el jefe hablará
con ellos, la prensa ha estado llamando para que hablemos acerca de los
asesinatos, es una noticia con muchos espectadores- dijo.
-La forma en la que asesina es lo que los deja impactados,
por lo regular solo matan y esconden el cuerpo, este asesino las maquilla, les
pone ropa interior, corsé, vestidos, zapatillas y les dibuja una sonrisa- me
detuve y pensé por un rato.
-¿Qué sucede?
-Las maquilla, las viste, no es un asesino, es una asesina.
-O es un asesino homosexual- rio.
-Las heridas serían más profundas, aunque sea homosexual
sigue siendo hombre y sigue teniendo la misma fuerza, una mujer tiene menos
fuerza, tiene que ser una mujer.
-Muy bien, le diré al jefe que les pregunte a los padres
acerca de sus amigas o- lo interrumpí.
-No es una amiga, es alguien que las conocía a las 3, ellas
la conocían y la trataban pero- me detuve, suspiré- jamás se imaginaron.
Charles se levantó y fue a la oficina del jefe, yo lo seguí.
-Jefe, la doctora cree que es una asesina- dijo Charles.
-¿En qué se basa doctora?- preguntó el jefe.
-En la forma de asesinar, las maquilla, las viste, no hay
rastro de violación, y si fuera un homosexual las heridas serían más profundas
por la fuerza- respondí.
-Muy bien, le creo, les preguntaré a los padres- dijo.
-No es una amiga, tiene que ser alguien conocida pero que no
era su amiga- dije.
-Bien, bien, les preguntaré- se levantó y se fue.
Charles y yo salimos del edificio.
-¿Quieres comer algo?- preguntó.
-Bueno- respondí.
Fuimos a un restaurante que está muy cerca, ordenamos y
esperamos la comida.
-Te has vuelto experta, recuerdo que era inteligente pero no
tanto como ahora- dijo.
-Es la práctica, aprendí como son las heridas hechas por un
hombre, si es zurdo o diestro, si tiene problemas en los huesos, que tanto de
fuerza tiene, todo eso se aprende- dije.
Llegaron con las bebidas y las dejaron.
-¿Quieres mucho a Nicholls?- volteó hacia la ventana.
-Sí, es un gran amigo.
-¿Solo un amigo?
-Sí.
Volteó a verme fijamente a los ojos.
-Entonces ¿por qué no me aceptas?
-Charles, ya te lo dije, ya maduré, ahora sé que no necesito
de un hombre a mi lado para ser feliz, soy feliz con lo que tengo y con lo que
soy.
La comida llegó y la sirvieron.
-Déjame protegerte- tomó mi mano y la acaricio entre las
suyas.
-No necesito que alguien me proteja- quité mi mano.
Comencé a comer, Charles observaba por la ventana, pude ver
como el brillo en sus ojos disminuía, su rostro se llenó de dolor, de
desesperación. Volteó y dio apenas un bocado, yo ya había terminado, el apenas
empezaba a comer, lo esperé.
-Nunca me mandaste un mensaje, sufrí por años, no sabía si
estabas vivo, no sabía nada de ti- dije.
-Lo siento, a penas y podía vivir normalmente,
las peleas, los enfrentamientos, no podía dejar que supieran quien era realmente, si te enviaba un mensaje te
podían encontrar y te harían algo que jamás me lo perdonaría- dijo.
-Termina de comer, tenemos que volver.
Charles terminó de comer, pagamos la cuenta y regresamos,
antes de entrar al edificio me tomó por los hombros, se acercó a mí y habló.
-Quería sobrevivir para regresar y hacer mi vida a tu lado,
todo lo hice por ti, ¿y sabes por qué?- me vio a los ojos fijamente- porque te
amo.
Me quedé inmóvil, Charles me soltó y entró al edificio, yo
me quedé ahí parada sin hacer nada, mi corazón latía a gran velocidad, un cosquilleo
apareció en mi estómago y una lágrima salió de mis ojos.
El jefe y Charles terminaron de hablar con los padres, había
una sospechosa, una joven que trabajaba en una tienda dentro de la colonia en
la que vivían las jóvenes, las 3 eran amigas y tenían una cuarta amiga. Charles
fue por mí, lo acompañé pero no hubo palabras en el trayecto.
Llegamos a la casa de la tercera amiga, la joven no estaba,
fuimos de inmediato a la tienda y la trabajadora tampoco estaba, preguntamos a
los vecinos la dirección de la trabajadora y nos la dieron. Estaba muy cerca
así que llegamos rápido, entramos y no había nadie, subimos, bajamos, buscamos
en todos los cuartos pero no había nadie. Escuché unos golpes que venían de
abajo, en el sótano; Charles y yo bajamos de inmediato y al entrar nos
sorprendimos y nos estremecimos, estaba lleno de muñecas, todas nos miraban,
caminamos para adentrarnos en el sótano y vimos una pared que tenía pegadas
fotos de las jóvenes muertas y de la joven que estaba viva, escuchamos un golpe
de más adentro, fuimos hacia allá y era aún más espantoso, habían muñecas sin
ojos, sin ropa, había otras en una mesa que apenas estaban siendo vestidas pero
aún no tenían ojos. Eran cuatro muñecas y junto a ellas había tres frascos que
tenían adentro los ojos de las jóvenes muertas.
-Son cuatro muñecas y solo hay tres pares de ojos- dije.
-La joven, la cuarta amiga, ella debe de estar aquí- dijo
Charles.
Buscamos en todos lados hasta que volvimos a oír un golpe
dentro de un armario, lo abrimos y ahí estaba la cuarta amiga, la desatamos y
corrimos hacia la salida, de repente apareció la trabajadora con una navaja
delgada.
-Es mi muñeca, ¿por qué se la llevan?- preguntó con una voz
que hizo que me estremeciera.
-Váyanse, rápido- dijo Charles.
La joven y yo subimos rápido, la mujer se aventó hacia
nosotros pero Charles la detuvo, nosotras salimos de la casa y nos quedamos ahí
esperando a que algo pasara. Llegaron patrullas, el jefe bajo de una.
-¿Dónde está Croft?- preguntó.
-En el sótano, la tiene- respondí.
Entraron varios policías junto con el jefe, después de unos
cuantos minutos salieron todos, llevaban esposada a la mujer y la metieron en
una patrulla.
-Iré por los ojos- dije.
-¿Qué?- preguntó Charles.
-Les daremos a los padres los cuerpos de sus hijas completos-
respondí.
Entré rápido y fui por los ojos, me quedé un momento viendo
las muñecas, note el brillo de sus ojos, eran hermosos pero a la vez hacían que
me estremeciera, salí de inmediato.
Fui al laboratorio y coloqué con cuidado los ojos, cerré los
ojos y preparamos el cuerpo para ser entregado, los padres estaban agradecidos.
Charles se ofreció para llevarme a mi casa, me dejó hasta la
puerta de mi casa.
-Mañana nos vemos- se dio la vuelta y comenzó a caminar.
-Espera, Charles- dije.
Volteó y me vio.
-¿Qué pasa?- preguntó.
-¿Es cierto lo que me dijiste hoy?
Charles se acercó a mí.
-¿Por qué no lo sería?
Baje la cabeza y el acarició una de mis mejillas.
-Te amo y haré lo imposible por recuperar tu amor- me tomó
de la barbilla y alzó mi cabeza.
-No tienes que hacerlo, mi amor siempre ha sido para ti- me
acerqué a él y le di un beso en la mejilla- adiós.
Entré a mi casa, él me veía y me sonrió, se dio la vuelta y
se fue.
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