Capítulo 14- Engaño a mi familia.
Trabajaba en mi presentación para la universidad, no había
sentido el paso de las horas, estaba totalmente concentrada. Había llenado la
cafetera 3 veces, muy pronto serían 4 veces; noté que caían algunas gotas
afuera, no llovía, solo lloviznaba. De pronto tocaron a la puerta, era muy
tarde para que alguien me visitara así que caminé despacio sin hacer algún
ruido, abrí la puerta lentamente y me asomé; me quede aterrada al ver a la
persona que estaba enfrente de mí, era como si hubiera visto un fantasma.
-Necesito ayuda- dijo aquella persona.
Reaccioné y salí para ayudarle, era una mujer joven, estaba
mojada de pies a cabeza, sus ropas cubiertas de sangre, sus manos también, pero
lo extraño es que estaba embarazada. Entró a mi casa y la senté en la sala de
inmediato.
-¿Quieres algo de tomar?- pregunte.
-No, gracias, solo necesito ayuda- dijo con una voz
intranquila.
Me acerqué a ella, la miré por un momento, noté que estaba
aterrorizada, pero que también estaba sufriendo.
-¿Qué paso?- pregunte.
-Dábamos un paseo por el parque cuando alguien nos atacó,
traía un cuchillo enorme, se enterró en el pecho a Carl, gritó, se fue conmigo
y me tiró, en mi estado fue difícil levantarme, cuando lo logré vi que se
escapaba, no pude perseguirlo, además, Carl estaba tirado, lo habían abierto
del pecho hasta el abdomen, sangre por todos lados, sus órganos- se detuvo y el
llanto aumentó de volumen- sus órganos estaban regados, me acerqué, el ya no
respiraba, lo tomé entre mis brazos y me quedé esperando a que despertara, pero
no lo hizo.
La mujer llevó sus manos a su rostro, el llanto era
imparable, pero su miedo estaba por encima de todo; la tomé del hombro,
rápidamente levantó su cabeza junto con un grito escalofriante.
-¡Déjame! ¡No me toques!- gritó.
-Tranquila, tranquila, todo está bien- le dije mientras la
tranquilizaba.
Se detuvo, me volteó a ver y bajo la cabeza, comenzó a
llorar y nada pudo detenerla. Me quedé ahí junto a ella, esperando a que se
tranquilizara. Se quedó dormida, la cubrí con una cobija, no pude cambiarle la
ropa mojada.
Amaneció, me había quedado en el sillón que estaba junto al
sillón grande, donde ella había dormido, me desperté y la vi, dormía,
tranquilamente; me levanté, preparé café, saque unas galletas de la alacena y
las serví en un plato. Mi celular sonó, era Charles.
-¿Qué pasa?- contesté.
-Te estoy esperando-
dijo.
-Lo siento, pensé que aún no era hora, sabes que, ¿puedes
subir a mi casa? Es urgente.
-Bueno, ahí voy.
Colgué, voltee a verla y aún no despertaba; tocaron la
puerta, me acerqué a abrirla y era Charles.
-¿Qué pasa? ¿Por qué tanto misterio?- preguntó.
Le señalé el sillón, volteo y se quedó viendo por algunos segundos.
-¿Es…amiga tuya?- preguntó.
-En la madrugada tocaron la puerta, era ella, estaba
alterada, presenció un asesinato- respondí.
-¿Asesinato? Bueno, eso quiere decir que tal vez nos llamen-
dijo.
La mujer comenzó a despertar, cuando tuvo los ojos completamente
abiertos dio un brinco y se sentó.
-¿Quién es él? ¿Qué hace aquí? ¿Por qué está aquí?- preguntó
cada vez alterándose más.
-Tranquila, tranquila- le dije- es un amigo mío.
-¿Amigo?- miró a Charles- ¿no es malo?
-Claro que no, él es policía, todo estará bien- respondí.
Bajo la cabeza y no dijo más, Charles volteó a verme y se
acercó a mí.
-¿Cómo se llama?- preguntó.
-No lo sé, no me dijo- respondí.
-Hay que llevarla con nosotros para tomar su declaración- la
mujer lo interrumpió.
-No quiero ir, la calle me da miedo- dijo.
La voltee a ver, vi a Charles y volví a verla.
-Es necesario, nosotros te protegeremos, él es el detective
Croft y yo soy la doctora Grey, trabajamos para la policía- dije.
-No quiero estar con nadie, todos son malos- dijo.
-Estarás bien, yo te protegeré- dije.
La mujer volteó a verme, se levantó y pensó lo que iba a
decir.
-No puedo ir con esta ropa- dijo.
-Te prestaré algo, no te preocupes- dije.
Le presté una sudadera, era tan amplia que no le apretó su
estómago, se lavó las manos quitándose cualquier resto de sangre.
-Vamos- dijo.
Nos dirigimos al edificio de la policía; entramos y la
llevamos a la oficina del jefe.
-Jefe tenemos una víctima- dijo Charles.
-¿Cuál?- preguntó.
-Esta mujer llegó ayer a la casa de la doctora Grey pidiendo
ayuda- dijo Charles.
El jefe volteó a vernos.
-¿Qué pasa? ¿En qué podemos ayudarle?- preguntó el jefe.
La mujer se quedó callada, ni siquiera levantó la cabeza,
tenía los ojos penetrados en el suelo.
-¿Por qué no habla?- preguntó el jefe- ¿esto es mentira?
-No jefe- respondí- es verdad pero ella no quiere hablar con
policías, tiene miedo.
El jefe suspiró.
-¿Qué hacemos?- preguntó.
-Con la única que hablo fue con la doctora- dijo Charles.
-Entonces que la doctora le tome su declaración, me avisan
cuando tengan los datos y vayan por el cuerpo- dijo el jefe.
La mujer se levantó de la silla, caminamos juntas a la
salida, Charles iba detrás. Fuimos a mi laboratorio, Charles se quedó afuera.
-Antes que nada, ¿cómo te llamas?- pregunte.
-Susan- respondió.
-Bien, entonces, ¿qué paso?
-Te lo conté ayer, no quiero volver a revivirlo.
-Tienes que contármelo de nuevo para que tomen tu
declaración.
Susan bajo la cabeza y se quedó callada por varios minutos.
Al fin habló.
-Carl y yo nos casamos hace 3 años, intentamos tener un hijo
pero en esos 3 años hasta ahora lo logramos. Solíamos salir juntos, hasta hace
unos meses que él empezó a llegar tarde, nunca atendía su celular, se enojaba,
decía que el trabajo se ponía cada vez más difícil; hasta ayer que llegó
temprano y salimos al parque, nos atacaron y a él lo mataron.
-Bien, iremos por el cuerpo.
-No quiero volver ahí, jamás volveré ahí.
-Entonces te quedarás en el edificio de la policía- me
interrumpió.
-No, por favor no me dejes ahí- dijo levemente alterada.
-Entonces te quedas aquí con Stephanie.
La levanté y salimos, Stephanie platicaba con Charles.
-Stephanie necesito un favor- dije.
-Dígame doctora- dijo.
-¿Podría cuidar a Susan mientras no estoy, por favor?-
pregunte.
-Claro, no hay problema- respondió.
Voltee a ver a Susan.
-Te quedarás aquí, no tardaré- dije.
Sonrió y me tomó de la mano.
-Muchas gracias doctora Grey- dijo.
Le sonreí, me acerqué a Stephanie.
-Cualquier cosa que pase me avisas- le susurré.
Charles y yo nos fuimos, el parque era un lugar público aunque
de noche se pone más escalofriante y aterrador. Buscamos el cuerpo por muchos
lugares, había uno oculto de muchos árboles, fuimos ahí. Encontramos rastros de
sangre, lo seguimos y nos guiaron al cadáver, estaba exactamente como lo
describió Susan.
-Necesito que lo guarden con mucho cuidado, este cuerpo es
más delicado de lo común- dije.
-Parece carnicería- dijo Charles.
Regresamos a la morgue; Stephanie y Susan platicaban, al
parecer Stephanie trataba de levantarle el ánimo a Susan.
-Volví- dije.
-Doctora, llegó el cuerpo- dijo Stephanie.
-Bien- me di la vuelta y me fui.
Charles me siguió.
-¿Por qué evadiste a Stephanie?- preguntó.
-Si Susan supiera que el cuerpo que llegó es el de su esposo
no hubiéramos podido controlarla- respondí.
-Será mejor que vaya con el psiquiatra, le ayudará.
-No quiere estar entre policías, ahorita hay que darle su
espacio.
Analicé el cuerpo, realmente no era necesario, pero teníamos
que entregar en mejores condiciones el cuerpo a su esposa, así que hice mi
trabajo.
Ya era de noche, salimos de la morgue y Charles nos esperaba
frente a su auto; al vernos se acercó a nosotras.
-Susan puedo llevarte a tu casa- dijo.
Susan volteó a verme confundida, la miré por un segundo y
voltee a ver a Charles.
-Claro, muchas gracias- dijo Susan.
Nos subimos al auto, Susan guiaba a Charles, yo solo
observaba por la ventana la ciudad, las calles estrechas y obscuras, los faros
encendidos y firmes; me deje envolver en la tristeza más profunda de mi
corazón, recordé los días de cuando era niña, siempre tan feliz y juguetona,
sentía que nunca esa felicidad terminaría. Charles interrumpió mis pensamientos.
-Ya llegamos- dijo.
Susan se bajó del auto, caminó hacia la casa y nosotros la
seguimos, abrió la puerta y nos dejó pasar.
-Siéntense por favor, traeré té y galletas- dijo Susan
mientras caminaba hacia la cocina.
Charles se sentó a la orilla del sillón más largo, yo me
senté en la otra orilla. Charles volteó a verme y yo lleve mi mirada hacia una
pared.
-El jefe no quiere que se quede sola y como tú eres la única
a la que acepta te quedarás con ella- dijo.
No dije nada, solo seguía observando la pared.
-Yo me quedaré afuera en el auto, por si algo sucede- dijo
mientras se volteaba y baja la cabeza lentamente.
Susan llegó con el té y las galletas y las puso sobre la
mesa; tomó con cuidado una taza y una galleta y comenzó a comerla.
-Susan, hoy me quedaré contigo- dije.
-No es necesario doctora Grey- dijo Susan.
-No puedes estar aquí sola- dijo Charles.
-No lo estaré, mi hijo estará aquí conmigo- dejo la taza y
llevo sus manos a su vientre y lo frotó- jamás conocerá a su padre pero yo
siempre le hablaré de él.
Unas lágrimas salieron de los ojos de Susan y recorrieron
sus mejillas, ella llevó sus manos a su cara y la cubrió.
-Tengo que quedarme, no podemos arriesgarnos a que te pase
algo, o a tu hijo- dije.
-Bien, muchas gracias- dijo Susan que ahora me estaba viendo
con una mirada dulce y agradecida.
Charles se fue después de un rato, Susan preparó el cuarto
de invitados y enseguida bajo a la sala.
-El cuarto está listo, por si se quiere dormir ya- dijo.
-Gracias, iré enseguida- dije.
Subí las escaleras y camine hacia la primera puerta, ahí
estaba Susan esperando.
-Descanse doctora Grey y gracias.
La miré con serenidad y entré a la habitación, oí como se
alejó dirigiéndose hacia su habitación, caminé hacia la cama y me quite el
abrigo, los zapatos y me acosté, la luz estaba apagada, la cortina de la
ventana estaba abierta y dejaba entrar la luz de la luna que se reflejaba en la
pared que estaba enfrente de mí. Lleve mi brazo hacia mi cabeza, lo doble y lo
puse encima de mis ojos, al poco tiempo sentí que mi brazo se mojaba poco a
poco, ¿estaba llorando?, sí, si estaba llorando, no había razón alguna solo
sentía como mis ojos se despejaban de lágrimas que habían sido guardadas por
muchos años.
Habían pasado algunas horas, la noche ya estaba avanzada, no
se oía nada afuera de la casa, solo el viento que hacía que los árboles
crujieran. El silencio se prolongaba y la luz de la luna seguía viva reflejada
en la pared, oí un pequeño golpe en la parte de debajo de la casa, me desperté
al instante de oírlo, me levanté rápido y abrí despacio la puerta de la
habitación, salí cuidadosamente si hacer algún ruido. Caminé hacia las
escaleras y antes de comenzar a bajarlas vi como una sombra subía con rapidez, al
verme subió y se enfrentó a mí.
-¿Qué quieres?- pregunté firme.
Se lanzó sobre mí y me dejo tendida en el suelo, pude ver
como corrió hacia la habitación de Susan, me levanté y fui detrás de él. Cuando
entré ya tenía a Susan, le cubría la boca para que no pudiera gritar.
-Déjala- dije.
Susan se comenzó a inquietar, la persona la tomó más fuerte
pero fue cuando pude verla bien, no era más alta que Susan, su cuerpo era
delgado, tenía una figura femenina bien conservada. Era una mujer.
-¿Qué quieres de ella? ¿No tienes suficiente con matar a su
esposo?- pregunté alterada.
Los ojos de la mujer se abrieron grandes, unas lágrimas
salieron de ellos.
-¿Qué pasa? ¿Cuál es la razón?- insistí.
La mujer soltó a Susan, Susan corrió hacia mí.
-Descúbrete la cara- dije.
La mujer se descubrió la cara, Susan llevó sus manos hacia
su boca con gran asombro al ver el rostro de la mujer.
-Tú- dijo- ¡Tú mataste a mi esposo! ¡Dejaste a mi hijo sin
un padre!
-Él era mío, me prometió una vida junto a él, lejos de aquí,
pero cuando esa criatura apareció dejo de darle importancia a nuestros planes,
los alargaba a gran tiempo y había veces que ni un mensaje me mandaba- dijo con
voz desesperada.
Aproveché la tensión que había entre ambas
mujeres, tenía mi celular en la mano y comencé a escribir un mensaje rápidamente y lo envié, era para
Charles.
-Él me amaba, a ti solo te quería por su hijo, que
desperdicio esperar contigo solo por ese niño, me dejó, me engaño- dijo la
mujer.
-A mí también me engaño, se revolcaba contigo, ¡mi propia
hermana!- Susan estaba llena de odio y su mirada era penetrante.
-Yo si podía darle hijos rápidamente, pero yo jamás quise
tenerlos, el trataba de convencerme pero yo nunca hubiese aceptado.
Charles entró rápido a la casa y subió las escaleras, llegó
a la habitación de Susan. La mujer lo vio y sonrió.
-Los policías te estaban protegiendo, que listos- rio.
-Usted queda detenida por haber intentado asesinar- la mujer
interrumpió a Charles.
-Y asesiné, pero no a ella, a su querido esposo- rio- espero
que sea usted el policía que me ingrese a la cárcel, así podríamos fijar una
cita- la mujer se acercó a Charles- un café, usted y yo, solos, ¿qué tanto
podría pasar?- tomó a Charles por los hombros y lo besó- piénselo.
Charles la tomó de los brazos y la esposo, la mujer parecía
disfrutarlo, la jaló y se la llevó de la casa. Susan y yo bajamos y vimos como
la metía en una patrulla, el mensaje no solo se lo envié a él sino también al
jefe que llego inmediato. Charles caminó hacia nosotras.
-Ahora está a salvo Susan- dijo Charles.
-Muchas gracias, en este momento estaría muerta si ustedes
no se hubiesen quedado- sonrió.
Dejamos a Susan en su habitación, se quedó profundamente
dormida y salimos de su habitación.
-Es hora de irnos- dijo Charles- ¿te irás así vestida?
Volteó a verme de pies a cabeza, solo traía puesto el
pantalón y una blusa delgada, lo demás estaba en la habitación donde me había
comenzado a dormir. Caminé hacia allá pero Charles me tomó de la mano y me jaló
hacia él.
-Aunque preferiría que te fueras así vestida- una sonrisa se
dibujó en su rostro, llevó sus manos alrededor de mi cintura y acercó sus
labios a los míos.
Miré sus ojos y pude notar el brillo que tenían, me veían
con amor, como nadie me había visto, me acerqué a él y lo besé, llevé mis manos
hacia sus mejillas y luego rodee su cuello con mis brazos, él acerco mi cuerpo
al suyo hasta que estuvieron completamente juntos. El beso terminó, me aleje
despacio de él, abrí despacio los ojos y vi como él sonreía, lleve una de mis
manos a su mejilla.
-Te amo- le dije.
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