sábado, 6 de abril de 2013

Un caso de amor.


Capítulo 15- El asesino del verano.
El verano había llegado, los turistas abundaban en todas partes, los niños corrían por todas las calles,  los jóvenes se preparaban para alguna fiesta o simplemente viajaban en grupos a la playa de Brighton.
En los últimos días se encontraron cuerpos de jóvenes en la playa de Brighton, todos los cuerpos eran de jóvenes adinerados que vivían en Londres. Sus familias eran dueñas de alguna empresa, o comerciantes, algunas veces conductores de televisión o eran mafiosos.
Era un día soleado, Stephanie se la había pasado canturreando y danzando por toda la morgue, el motivo, saldría con un muchacho en la noche, estaba emocionada y muy feliz. Charles le alivió el día en cuanto llegó, pues iba por mí para resolver un caso.
-Lyla, nos vamos de viaje- dijo sonriendo- Steph ve a casa para que te arregles para tu cita.
-Gracias detective Croft, pero no sé si la doctora Grey me deje- dijo.
-Es evidente que no te voy a dejar, porque no me iré de viaje, tengo trabajo- dije.
-Bueno el viaje es por el trabajo- dijo Charles.
-Genial, ¿a dónde irán?- preguntó Stephanie.
-Brighton, con los universitarios adinerados y algunas fraternidades- rio Charles.
-Suerte entonces, no me gusta tratar con gente adinerada- dije- puedes contactarme por una videollamada.
-No puedo, el primer ministro quiere que tú seas la forense a cargo de este caso- dijo Charles.
-Por eso, puedo trabajar a través de la computadora- lo voltee a ver fríamente- es mi última palabra.
Un hombre entró por la puerta y se acercó a nosotros.
-¿Qué tal si el primer ministro se lo pide personalmente?- preguntó el hombre.
-Sería lo mismo, simplemente no me gusta la playa- respondí.
El hombre dejo ver su rostro, Charles y Stephanie se asombraron y lo vieron atónitamente.
-Señor- dijo Charles- había pensado que cuando dijo que vendría personalmente lo decía de broma.
-Claro que no, necesito a la doctora Grey, ella fue la forense a cargo cuando mi hijo murió, deseaba conocerla- dijo- entonces, ¿podría ir a Brighton, por favor?
Voltee a verlo y sonreí.
-Amabilidad, eso es lo único que pedía- reí- sé que no me gusta la playa pero ¿creen que me perdería analizar cadáveres?
Charles, Stephanie y el primer ministro me miraron sin nada que decir.
-Lo siento, no soy buena haciendo bromas- dije.
Todo estaba arreglado, Stephanie se fue rápido y nosotros fuimos por nuestra ropa, aunque Charles ya tenía hecha su maleta.
Llegamos a mi casa y me espero en la sala mientras empacaba.
-¿Por qué te has vuelto más fría conmigo desde que nos besamos?- preguntó.
-¿Creíste que empezaríamos una relación?- pregunté.
-No, bueno, solo que- se detuvo y suspiró- olvídalo.
Termine de empacar y nos fuimos al aeropuerto, ahí un avión privado nos esperaba, lo abordamos y despegamos casi al instante. El vuelo fue corto y tranquilo, pronto ya estábamos aterrizando en el aeropuerto.
Un auto esperaba afuera junto con un hombre a su lado.
-Detective Croft, doctora Grey- nos saludó- aquí tienen su auto y la reservación del hotel en el que se hospedarán.
Subimos al auto y nos fuimos al hotel, eran cerca de las 8 de la noche y yo estaba cansada. El clima era cálido y húmedo, al llegar Charles se cambió de ropa enseguida, una bermuda, una playera delgada y se acercó a la ventana, era grande, del techo al piso, se podía abrir completa y salías a una especie de balcón; Charles salió y sacó un cigarrillo y comenzó a fumar.
-Pensé que ya no fumabas- dije.
-Jamás podré dejarlo- dijo.
Yo también me había cambiado de ropa, traía un pantalón delgado y una playera de la misma tela que del pantalón, me había recogido el cabello con una liga.
-¿Cuándo empezamos?- pregunté.
-Mañana, hoy descansaremos- respondió.
Charles volteó hacia la habitación y al verme abrió los ojos y sonrió.
-Nunca te había visto con el cabello recogido- dijo.
-Bueno, siempre hay una primera vez- dije.
Charles apagó el cigarrillo y entró a la habitación, se acercó a mí y me tomó del costado de los brazos, yo me quedé quieta y con la cabeza agachada, acercó su rostro a mi cabello y subió sus manos lentamente hasta ponerlas en mis hombros, se acercó a mi oreja.
-Es una lástima que tengamos un cuarto para cada quien- susurró.
Su voz hizo que sintiera un cosquilleo en el estómago, la piel se me erizo y el corazón comenzó a latir rápidamente, me alejé de él.
-Sí que lo es- dije- buenas noches.
Me di la vuelta y fui a mi habitación, Charles solo me siguió con la mirada.
Al día siguiente despertamos temprano, nos alistamos, desayunamos y fuimos directo a la morgue a ver los cuerpos.
Al entrar vi como los cuerpos no cabían en la habitación en las que los habían puesto, eran demasiados, al menos 10 cuerpos, el laboratorista iba llegando.
-10 víctimas, todos jóvenes- dijo- usted debe de ser la doctora Grey.
El hombre era pequeño, de cabello negro y peinado con una raya en medio, su piel era blanca y sus ojos cafés, era tan delgado que parecía que se rompería.
-¿No tienen otro lugar donde podamos poner la mitad de los cuerpos?- pregunté.
-Es una morgue pequeña, no es Londres- rio.
Charles rio con él; me puse la bata y comencé a analizar los cuerpos, Charles y el laboratorista se quedaron afuera para no crear menos espacio. Me llevó horas, eran 10 cadáveres y tenía que turnar las camillas para analizarlos; 9 jóvenes tenían entre 20 y 25 años, una joven tenía 16 años, solo eran 2 mujeres. Analicé primero a las mujeres, murieron de distinta manera pero lo que tenían en común era que habían sido violadas, tomé muestras. Noté una marca en el cuello de todas las víctimas, era como un hoyuelo; otra cosa en común era una herida en el vientre que iba del costado derecho al izquierdo, posiblemente la causa de la muerte. Terminé de analizarlos y salí.
-5 víctimas fueron asesinadas el mismo día a la misma hora y murieron de la misma forma, un golpe en la cabeza; 2 víctimas también fueron asesinadas juntas, las ahogaron en el mar; 1 víctima  murió por varios disparos en el cuerpo y uno en la cabeza que fue lo que lo mató y por último las 2 chicas, ambas fueron violadas, una de ellas fue drogada en una dosis alta y eso la mato y la otra fue estrangulada- dije.
El laboratorista se quedó asombrado.
-El médico forense de aquí no es tan directo- dijo.
-Encontré dos cosas en común en todos los cuerpos, una marca en el cuello y una herida en el vientre- dije.
-¿Un asesino serial?- preguntó Charles.
-Eso parece, o una banda, tal vez- respondí.
-Bien, Lyla vamos de cacería- dijo Charles.
Salimos de la morgue y fuimos a la comisaría, las familias de las víctimas ya habían sido avisadas, miré con cuidado los expedientes y noté que solo habían 9.
-¿Y el décimo expediente?- pregunté.
-Solo me dieron estos- respondió Charles.
-Falta el expediente de una de las víctimas, la más joven- insistí.
Fuimos con el comisario, hablaba por teléfono y en cuanto llegamos colgó.
-¿Han encontrado algo?- preguntó.
-Sí, falta un expediente- respondí.
-¿De verdad? Son 9 víctimas ¿no?- preguntó.
-No, son 10, la última es una chica de 16 años- respondí.
El comisario se quedó pensando y me volteó a ver.
-¿Qué haría una niña de 16 años con jóvenes universitarios?- preguntó.
-No lo sabemos, pero también estás entre las víctimas- respondió Charles.
-No inglesa- dije.
-¿Entonces?- preguntó el comisario.
-Es oriental, su cabello es negro natural, sus ojos son rasgados, yo diría que es japonesa- respondí.
El comisario se sorprendió y abrió la boca.
-Hoy me llamaron de Japón- dijo- pero esto debe de ser un secreto.
-Díganos ¿qué sucede?- preguntó Charles.
-Era el jefe de la mafia japonesa, dijo que se había enterado de los asesinatos y sabía que su hija estaba aquí de vacaciones, la intentó localizar pero nunca le contestó- respondió.
-¿Qué edad tiene la niña?- preguntó Charles.
-16- respondió atónito.
-Avísele que su hija está muerta- dije.
-Lyla, no es tan fácil, si la mafia japonesa sabe que la hija del líder murió en manos de un inglés será nuestro fin- dijo Charles.
-El del asesino, la niña murió en manos del asesino más no de todos nosotros- dije.
-Detective, doctora, me gustaría que esto no fuera comentado, si nos preguntan solo son 9 cuerpos, esconderemos el cuerpo de la chica- dijo el comisario.
-¿Mentir? ¿Y dónde pondremos el cuerpo de la chica?- pregunté.
-Escóndanlo, por favor, solo eso les pido, ahora si me disculpan le llamaré al jefe de la mafia- tomó el teléfono.
Charles y yo salimos de la oficina y fuimos hacia la salida; el día era caluroso y soleado, la playa estaba repleta de jóvenes adinerados, todos embriagándose y disfrutando, no les importaba lo  que les había pasado a los otros jóvenes. Estaba parada en la playa observando a los jóvenes, Charles se acercó con dos cervezas, una me la dio y otra se la quedo.
-Ser joven es increíble- dijo.                                         
-Lo increíble es que estos adinerados no miden el peligro, el asesino los observa, los conoce, se acerca a ellos y los mata- dije.
-No seas aguafiestas, déjalos disfrutar- sonrió- ahora vamos a la morgue por el cuerpo de la chica.
Llegamos a la morgue.
-Nos llevaremos un cuerpo- dijo Charles.
-¿Cómo? ¿Doctora a que se refiere?- preguntó el laboratorista.
-Tenemos que ocultar un cuerpo, no le digas a nadie que llegó, si preguntan solo son 9 cuerpos- respondí.
El laboratorista se quedó confundido, Charles sacó el cuerpo, lo ayudé y lo metimos al auto, enseguida nos subimos y nos fuimos al hotel. Bajamos con cuidado el cuerpo y corrimos hacia el elevador, tuvimos suerte de que nadie nos haya visto; corrimos por el pasillo hasta llegar a nuestra habitación, entramos de prisa y dejamos el cuerpo en el sillón.
-Bien, ahora tenemos a la hija de un mafioso en nuestra habitación- dijo Charles desesperado- ahora qué, comenzará a descomponerse.
-Tenemos que mantenerlo congelado, para que no se descomponga.
Charles se golpeó la cabeza y suspiró. De pronto su celular sonó y lo contestó.
-¿Hola?
-Detective Croft, habla el comisario, hablé con el jefe de la mafia y dijo que vendría por el cuerpo de su hija lo antes posible.
-Eso nos quita un peso de encima, tenemos el cuerpo en nuestro hotel, dígale que venga aquí por él.
-Bien, eso haré, también tenemos sospechosos, hablaron con las víctimas antes de que las asesinaran.
-Bien, vamos para allá.
-¿Qué pasa?- pregunté.
-Hay sospechosos, vamos, tenemos que interrogarlos- respondió.
-¿Y el cadáver? No podemos dejarlo aquí.
-No tardaremos, vamos.
Salimos de inmediato a la comisaria, interrogamos a los sospechosos pero todos tenían una coartada que encajaba, tenían testigos y tuvimos que dejarlos ir.
Ya era de noche, el comisario nos avisó que el jefe de la mafia había llegado y que nos esperaba en la recepción de nuestro hotel, fuimos de inmediato.
-Señor, soy el detective Croft y ella es la doctora Grey- dijo Charles.
-¿Dónde está mi hija?- preguntó fríamente.
-Por aquí- respondió Charles.
Unos hombres caminaron detrás de nosotros, sus guardaespaldas; entramos al elevador y subimos a nuestra habitación. Entramos y ahí seguía el cuerpo, aún no se descomponía del todo.
-Aquí está- dijo Charles.
El señor se hincó, abrió la bolsa y al ver el rostro de su hija comenzó a llorar, recargo su cabeza en el cuerpo y lo abrazó.
-Lo sentimos mucho- dijo Charles.
-¿Sentirlo? Ella murió a manos de un salvaje inglés, le dije que mejor se fuera a Nueva Zelanda, pero quiso Inglaterra, ¿sabe por qué?, creía que un inglés sería el amor de su vida y mire- dijo el señor.
Se levantó y llamo a sus hombres, ellos cargaron el cuerpo y se acercaron a la puerta.
-No tomaré venganza contra ustedes, pero si no atrapan al que le hizo esto a mi hija entonces volveré- dijo con un tono de voz desafiante.
-No se preocupe, lo encontraremos- dijo Charles.
El señor se fue, Charles se quedó atónito. Caminó al balcón y observó a lo lejos como el mar se revoloteaba y la luz de la luna se reflejaba en él.
Observé las pruebas, un solo hombre fue el que asesinó a las víctimas, y no era precisamente un hombre grande, si no uno pequeño, lo que me hizo pensar.
-El laboratorista, él es el asesino- dije.
-¿Qué?- preguntó Charles.
-Las heridas en los vientres fueron hechas con un bisturí de laboratorio, las marcas fueron hechas con un tubo delgado de vidrio, como un tubo de ensayo, además el semen encontrado en las mujeres es del mismo asesino. Los mató de distinta manera para que pensáramos que era distinto asesino o una banda.
-¿Cómo estás tan segura?
-Fue un hombre pequeño, él lo es.
Salimos del hotel y fuimos por él, Charles lo interrogó y confesó al fin; se estaba vengando de los jóvenes adinerados que lo molestaban cuando estaba en la universidad.
-Yo era becado pero esos niños adinerados siempre se burlaban de mí, y las niñas, les encantaba humillarme, por eso decidí vengarme al fin- dijo.
Fue tomada su declaración y lo llevaron a prisión.
Charles y yo volvimos al hotel, nos cambiamos de ropa por algo más cómodo; Charles salió al balcón y fumó un cigarrillo, yo salí a acompañarlo.
-Es increíble como siempre tu eres la que resuelve los crímenes- dijo.
-Me gusta observar- dije.
Charles terminó de fumar y apagó el cigarrillo, volteó a verme y me tomó de los hombros.
-No entiendo por qué eres así, siempre tan fría, pareciera que no te importa nada, solo tener la razón y- se detuvo- no te importa si lastimas a alguien.
Noté como unas lágrimas recorrían el rostro de Charles, su cabeza la tenía agachada, escuché sus lamentos.
-Charles- dije.
-No digas nada, ese beso fue lo mejor que me haya pasado, tú lo eres, pero solo me hieres- alzó la cabeza y me miró a los ojos- desearía haber regresado sin sentir nada por ti, o muerto, que es lo mismo.
Me soltó y se dio la vuelta, lo miré y se detuvo unos segundos, después comenzó a caminar; reaccioné y lo seguí, lo tomé de la mano y lo jale hacia mí.
-Perdóname, solo soy una estúpida persona- lo besé.
Me tomó por la cintura, abrazándome, yo rodee su cuello con mis brazos, el beso aumentó de intensidad. Me cargó y sin separarse de mí me llevó al sillón, se sentó y me sentó a mí en sus piernas, el beso era cada vez más y más intenso hasta que me separé de él.
-Te amo y siento haber sido tan estúpida- dije.
-No te preocupes, solo no vuelvas a hacerme sufrir así- se acercó- ¿te entregarías a mí?
Lo miré asombrada.
-Vamos despacio, ¿sí?
Sonrió y me besó dulcemente.
-Como tú quieras.

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