martes, 26 de marzo de 2013

Un caso de amor.


Capítulo 3- La mejor amiga.
Era de noche, aproximadamente las 10, caminé de regreso de la universidad hasta mi casa, cuando entre note ropa íntima de mujer y hombre tirada en el piso, conducía a un solo lugar, la habitación de William. Me acerqué y poco a poco pude escuchar más claro, gemidos y risas, entré en la habitación y ambos se sorprendieron dando un brinco, cayeron de la cama.
-¡Lyla! ¿Qué haces aquí?- dijo William.
Observé a la mujer con la que estaba, rubia, de piel bronceada, ojos azules, pechos y cadera grandes, cintura pequeña, una mujer sensual, como les dicen comúnmente.
-Es mi casa no creo que sea extraño que este aquí- respondí.
-Hola, tú debes de ser la doctora Grey, Will me ha hablado mucho de ti- dijo la mujer mientras se levantaba y se cubría su cuerpo con la sábana.
-Y tú eres una actriz de cine que comienza su carrera, te reconozco- dije.
-¿De verdad?- sonrió.
-Es la hermana menor del protagonista de una serie nueva, pensé que no mirabas televisión- dijo William.
-Bueno, debe de ser muy buena para que yo la reconozca- sonreí entre dientes.
La mujer se sonrojó.
-Continúen con lo que estaban haciendo, yo tengo cosas que hacer- dije.
Me di la vuelta y salí de la habitación, me dirigí a mi habitación y cerré la puerta, tenía unos experimentos que hacer para la universidad. Me quité el abrigo, la ropa y me puse algo cómodo, fui a mi escritorio y comencé con los experimentos; oí unas voces en la sala.
-¿Mañana te veo?- preguntó la mujer.
-No sé, yo te llamo- respondió William- adiós.
Me concentré en lo que hacía, tenía unas muestras de sangre en mis manos y no podía dejar que se cayeran, de repente William abrió la puerta con rapidez.
-Lyla lo siento, me siento muy apenado por lo que pasó- dijo.
-Tener relaciones sexuales con una mujer no es malo- dije- y si te refieres a que lo hicieron en mi casa no hay problema- voltee a verlo y sonreí.
-¿D-de verdad?- titubeó- es que, es una vieja amiga, se fue a América y debuto en Nueva York y volvió- lo interrumpí.
-Yo no tendría relaciones sexuales con un viejo amigo- dije mientras volvía a ver las muestras.
-Bueno- rio- no es nada, me alegro que no te enojes.
Voltee a verlo, su cara era pálida y una sonrisa estaba dibujada en su rostro, sus ojos celestes no se mantuvieron firme a mi mirada fija, desvió la mirada y se tocó el cabello.
-Buenas noches- dijo.
Voltee a ver las muestras nuevamente.
-Buenas noches- dije.
William cerró la puerta de mi habitación, continúe con lo que hacía, apuntaba en mi libreta los resultados, volvía a observar y volvía a anotar. No sentí el momento en el que me quede profundamente dormida sobre el escritorio.
Amaneció, desperté al oír música fuera de mi habitación, me levante, me dirigí a la regadera y me duche, comprendí que era hora de trabajar. Salí de la habitación después de haberme arreglado, nada fuera de lo común, un pantalón, una camisa y mi abrigo.
-Buenos días Lyla, toma tu desayuno- dijo William.
-¿De dónde sacaste la música?- pregunté.
-De mi iPod, obvio- respondió.
Me senté y comencé a comer, la comida era buena, demasiado buena para haber sido cocinada por un detective del servicio especial de la Gran Bretaña.
-¿Qué tal?- preguntó.
-Bueno- respondí.
-Vaya, es la primera vez que me dices algo así- rio.
-No puedo quejarme, yo no sé cocinar- dije.
-¿No? ¿De verdad?- rio- apúrate que ya tenemos que irnos.
Tomé mi abrigo y mi mochila y salimos de la casa, subimos a su auto y nos fuimos a nuestro trabajo.
William fue al edificio de la policía y yo a la morgue.
-Doctora Grey le llegó algo- dijo Matt, es algo así como mi asistente.
-¿Qué cosa?- pregunté.
-Un cadáver- respondió.
-Que pregunta tan tonta hice, gracias Matt- dije.
Fui a ver el cadáver, una joven, aproximadamente de 15 años de edad, tenía marcas alrededor del cuello por lo que puedo decir que murió al ser estrangulada. Matt entró de repente.
-Doctora Grey, disculpe que la moleste, una mujer vino a verla, la espera en su laboratorio- dijo.
-Gracias- dije.
Me quité los guantes y la bata, salí de inmediato al laboratorio; entré y una mujer se levantó de la silla, era alta, delgada, su piel era blanca, su cabello castaño y sus ojos cafés, sonrió al verme.
-¡Lyla!- exclamó- que gusto verte.
-Christine- dije reconociendo su voz- igual me da gusto verte.
-Me reconociste, como siempre eres muy atenta- rio.
-Toma asiento- dije.
-Después de todo si te gusto trabajar entre muertos- dijo mientras se sentaba.
-Sí, ¿qué hay de ti?
-Fui a Francia a hacer la carrera, soy chef, encontré trabajo en un restaurante de aquí, por eso volví- sonrió.
-Me alegro por ti- saqué el celular y escribí un mensaje rápido.
-Mañana empiezo, cuéntame ¿cómo te va aquí?
-Bien- sonreí- atrapo a los malos.
-Que interesante, desde la preparatoria querías hacer eso, oye y ¿qué tal la vida de soltera? Yo estoy comprometida, en un mes llegará mi prometido de Francia.
-Me alegro de nuevo- dije.
William entró de prisa al laboratorio.
-Lo tengo, Abigail Hudson, 15 años, el lunes en la mañana sus padres anunciaron su desaparición- dijo, volteó a ver a Christine y le sonrió, Christine le correspondió la sonrisa.
-William ella es Christine, Christine él es William- dije.
-Detective William Nicholls- estiró la mano.
-Christine Hoffman- le tomó la mano.
-¿Ya avisaste a los padres?- pregunté.
-Sí, ya vienen para acá- respondió William.
-Christine espérame aquí, no tardo- dije.
-Aquí estaré- dijo Christine.
Salimos y atravesamos la calle, fuimos a la oficina de William y ahí llegaron los padres.
-Encontraron a su hija a las afueras de la ciudad- dijo William.
-¿Cómo está?- preguntó el señor Hudson.
-Ella murió, lo lamento mucho- dijo William.
Una tristeza invadió los rostros de los padres.
-¿Cuándo fue la última vez que vieron a su hija?- preguntó William.
-El viernes en la tarde, se iba a ir a una fiesta- respondió la señora Hudson- no llegó a dormir, pensamos que se había quedado en la casa de alguna amiga, el sábado salimos de viaje y regresamos el lunes en la mañana, durante esos días intentamos comunicarnos con Abi pero ella nunca contestó, cuando llegamos fuimos a la policía a reportarla como desaparecida. ¿De qué murió mi hija?
-La estrangularon- respondí- acompáñenme, necesitamos que reconozcan el cuerpo.
En la morgue lo señores Hudson identificaron el cuerpo, el llanto no paraba en ambos, los saqué de inmediato.
-¿De qué era la fiesta?- preguntó William.
-De la escuela, de sus amigos- respondió el señor Hudson.
-Si sabemos algo les avisaremos- dijo William.
Los señores se fueron, yo entré al laboratorio, Christine no se había movido de ahí, William entró conmigo.
-Iré a investigar la escuela y todo lo que sea posible, tú has lo mismo- dijo William.
Salió del laboratorio y se fue, Christine se acercó a mí.
-Que detective tan guapo- dijo.
-Ven, tengo que trabajar- dije.
Salimos del laboratorio y fuimos hacia donde estaba el cuerpo, Christine lo observó y se quedó sin palabras.
-Tengo que realizar unos estudios que son necesarios- dije.
-Bien, aquí me quedaré- dijo.
Empecé a sacar las muestras necesarias del cuerpo, Christine miraba hacia otro lado evitando ver el cadáver.
-Entonces, ¿qué tal te llevas con el detective?- preguntó al fin.
-Bien, somos amigos- respondí.
-¿Sólo amigos? Lyla, ese detective tiene todo lo que una mujer busca, una aventura con él te caería muy bien.
-Somos compañeros de trabajo, no puedo tener una aventura.
-Sí puedes, vamos, nunca has tenido novio, nunca has besado a alguien, siempre te la pasaste estudiando, ahora que ya terminaste la carrera deberías de buscar un hombre que te haga feliz.
-William tiene novia, o no sé qué sea de él, ayer estaban teniendo relaciones sexuales pero William no quiso verla hoy.
-Los hombres así son, pero si vieras la forma en la que te mira- rio- puedo deducir que está loco por ti.
Me detuve, voltee a verla, ella sonreía.
-Nunca he tenido contacto con un hombre y así estoy bien- dije- ahora terminaré mis análisis.
Christine no dijo nada, continúe analizando las muestras, había alcohol y drogas en la sangre, el nivel era elevado.
-Ven- dije.
Salimos de ahí y fuimos a la oficina de William, entramos justo cuando acababa de colgar.
-William encontré algo- dije.
-Doctora, olvido quitarse la bata- rio- yo también encontré algo, tengo la escuela a la que iba Abigail y su horario de clases, ¿qué te parece si me cuentas en el camino?- dijo.
Salimos y nos subimos a su auto.
-¿También vas Christine?- preguntó William.
-Oh, no, yo iré al laboratorio de Lyla, diviértanse- respondió Christine.
Fuimos a la escuela, era el receso, caminamos por el patio y notamos a un grupo de jóvenes con droga, nos acercamos a ellos.
-Hola, soy el detective Nicholls y ella es la doctora Grey- dijo William.
El grupo de jóvenes corrió, William atrapó a uno de ellos.
-¿Qué pasa? ¿Por qué corren?- preguntó William.
-Le juro que no la vendemos, solo la compramos y la consumimos, solo eso- dijo el joven.
-Bueno, no te haré nada si me ayudas, ¿conoces a esta muchacha?- le mostró la fotografía de Abigail.
-Creo que sí, estaba en la fiesta pero estaba maquillada- respondió.
-¿Con quién la viste?
-Con unas chicas y con Dean, yo era el dj así que no me fije mucho.
-¿Dónde está Dean?
-Debe de estar en la fuente, ahí siempre está.
Caminamos hacia la fuente, un grupo más grande de jóvenes reían y conversaban, nos acercamos.
-Hola soy el detective Nicholls y ella es la doctora Grey, ¿quién de ustedes es Dean?- dijo William.
Un joven alto, rubio y delgado se levantó y se acercó a nosotros.
-Soy yo, ¿por qué?- dijo.
-¿Conoces a esta muchacha?- le mostró la fotografía de Abigail.
-Sí, Abi, de primer grado- sonrió- no ha venido en la semana a la escuela.
-Está muerta, ¿qué paso en la fiesta del viernes?- preguntó William.
-Sólo la invite a que estuviera conmigo y con unos amigos, ella aceptó y dejo a sus amigas- respondió.
-¿Cuáles amigas?- preguntó.        
-No las conozco- respondió nervioso.
-¿Cuáles amigos estaban con ustedes?- pregunté.
Volteó y llamo a dos jóvenes que se acercaron.
-Ellos, ¿por qué?- preguntó.
-¿Puedo tomar una muestra de su saliva?- pregunté.
Uno de los jóvenes se acercó a mí y me tomó de los hombros.
-Claro que sí, linda- dijo.
William lo tomó del brazo y lo alejó de mí.
-Déjala en paz- dijo.
El joven se soltó, los tres accedieron, saqué mi equipo y comencé a tomar las muestras.
-Gracias- dije.
Los tres sonrieron.
Caminamos a la salida de la escuela y regresamos al laboratorio. Christine no estaba.
-La mujer que la vino a buscar me dijo que le diera esto- Matt me dio un papel con un número escrito, número de Christine obviamente.
Entre al laboratorio, William me acompañó.
-¿Para qué son las muestras?- preguntó.
-Abigail fue violada, olvidé decírtelo, encontré tres espermas diferentes, compararé el ADN- dije.
-Eres brillante- rio.
Terminé de analizar la saliva con los espermas.
-Listo- dije.
-¿Qué pasó?- preguntó William.
-Los tres fueron quienes violaron a Abigail- respondí.
William sonrió.
Los jóvenes ya estaban en la sala de interrogación, William entró.
-Díganme que fue lo que en verdad pasó- dijo William.
-Nada, no pasó nada- dijo uno de ellos.
-Su ADN concuerda con los espermas encontrados en el cuerpo de Abigail- dijo William.
-Bueno, ella así lo quiso- dijo otro.
-No, fue violada por los tres, de eso tenemos pruebas, pero de que ustedes la asesinaron no tenemos aún pruebas, díganme que pasó- insistió.
-Abigail estaba con sus amigas, se veía muy bien esa noche, hicimos una apuesta para ver quién se la llevaría a la cama, pero cuando estaba con nosotros rompimos la apuesta y- suspiró Dean- la violamos, lo hicimos.
-Una confesión, excelente- rio William.
Miré detenidamente las manos de los tres jóvenes, tenía la medida de cada par de manos, salí del edificio de la policía y compare las medidas, noté que las marcas de las manos eran delgadas, no de un hombre, ni de un joven, de una muchacha. Corrí de nuevo a la sala, William iba saliendo de ahí.
-Ellos no fueron- dije.
-Pero la violaron y aquí tengo sus confesiones- dijo.
-Sí, pero sus manos no concuerdan con las marcas del cuello de Abigail, son delgadas, fue una mujer- dije.
William entró de nuevo a la sala.
-Una última cosa, ¿cómo se llaman las amigas de Abigail?- preguntó William.
-Su mejor amiga se llama Sandy- respondió Dean.
-Sandy qué.
-Sandy Williams, creo- respondió Dean.
William salió rápido, me tomó del brazo y fuimos directo a la escuela, interrogamos a Sandy y confesó.
-Gracias a mí los de tercer grado la buscaron, yo la arreglé, me prometió que me presentaría a Dean pero no lo hizo- dijo- escuche gemidos en el lugar donde estaban y me enoje, entonces ellos salieron y la dejaron ahí, me acerqué a ella y estaba muy borracha, la maté.
El caso se resolvió, William y yo volvimos a casa, entramos y nos sentamos en la sala.
-Vaya, y eso que era su mejor amiga, a veces no entiendo a las mujeres- dijo.
-¿La mujer de ayer es tu novia?- pregunté.
-¿Novia? No, Lyla, yo solo tengo chicas, nos las tomo enserio.
Baje la cabeza.
-Pero cuando encuentre a la mujer que me haga vibrar la haré feliz.
-¿Ya la encontraste?- voltee a verlo.
-Tal vez, yo creo que sí- volteo a verme y sonrió.

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