miércoles, 10 de abril de 2013

Un caso de amor.


Capítulo 21- La parada del autobús.
-Esta mañana fue encontrado otro cuerpo en la terminal de autobuses, con este son 4 víctimas que murieron asesinadas- anunció el detective Samuels.
Estábamos en una conferencia de prensa, los casos de las muertes en la terminal de autobuses se habían difundido por toda la ciudad; los reporteros hacían preguntas y el jefe y Charles las respondían.
-Dos cuerpos fueron reconocidos por la universidad: la secretaria del director y el subdirector, los otros dos cuerpos aún no han sido identificados. Sabemos que uno es de una mujer de entre 35 y 40 años, alta, delgada, cabello largo, rubio y lacio; la otra víctima es un joven de entre 18 y 22 años, estatura media, delgado, cabello rizado y obscuro. Por favor si logran identificar a las víctimas háganos saberlo, con permiso- Charles se levantó de la silla.
El detective Samuels lo siguió y ambos salieron de la sala, yo estaba recargada en una pared esperando a que salieran.
-Tenemos trabajo Lyla- dijo Charles en cuanto me vio.
Caminé detrás de él, nos dirigimos a los autos, el jefe iba en otro y nosotros en el auto de Charles. Fuimos hacia la escena del crimen.
La terminal estaba cerca de una de las salidas de la ciudad, estaba llena de autobuses, viejos y nuevos. Un señor nos iba guiando hacia el cuerpo; este estaba entre dos autobuses, tirado en el piso. Observé ambos autobuses pero no tenían sangren, solo el suelo la tenía.
-Lleven el cuerpo a la morgue, quiero que los otros 3 cuerpos también los lleven, los revisaré- dije.
Caminamos hacia la salida, miré hacia todos los lados y pude ver a los choferes, unos comían, otros conversaban, otros nos miraban asustados. La terminal era sombría y eso que era el medio día, pero ningún rayo de sol llegaba ahí.
Llegamos a la morgue, Stephanie preparaba los cuerpos para que los revisara, Charles se quedó sentado mientras les hacía la autopsia.
El primer cuerpo era el de la secretaria del director de la universidad, tenía dos golpes en la cabeza, ambos estaban en la parte de atrás de la cabeza y esa era la causa de la muerte. Revisé los otros cuerpos y tenían los mismos golpes en la cabeza; por el tamaño del golpe supuse que fue hecho con la punta de algo que no tenía filo pero lo suficientemente duro para matar alguien. Escribí el informe y se lo di a Charles.
Pasaron un par de horas y Charles ya había hablado con los familiares de las dos víctimas que ya habían sido identificadas. Después fue a hablar conmigo.
-No saben nada, solo los esperaban en la noche y jamás llegaron, pero, ambos tenían que tomar un autobús de la misma ruta- dijo.
Stephanie entró al laboratorio.
-Detective Croft, el detective Samuels lo quiere ver en su oficina- dijo.
-Bien, ya voy, vengo después- dijo.
Charles se fue a la oficina del jefe; en ella estaban 3 personas, una pareja y un hombre.
-Detective Croft, ellos son los señores Williams, uno de las víctimas es su hijo; él es el señor Malik, esposo de la otra víctima- dijo el jefe.
Charles entró y los saludo.
Interrogaron a los familiares, dijeron lo mismo que los familiares de las otras víctimas.
-¿Qué ruta tomaba la señorita Malik y el joven Williams?- preguntó Charles.
-Mi hijo tomaba la ruta 2- respondió la señora Williams.
-Mi esposa también- respondió el señor Malik.
Charles se levantó.
-Cuando tengamos algo les avisaremos- dijo.
Las personas salieron de la oficina del jefe, Charles se sentó enfrente del jefe.
-Las 4 víctimas viajaban en la misma ruta, iré a la terminal de autobuses y hablaré con los choferes de esa ruta- dijo.
-Habla solo con los que trabajan en el turno de la noche- dijo el jefe.
-Así será- Charles se levantó y salió rápido.
Había terminado de analizar algunas cosas, me quité la bata y salí de mi laboratorio, Charles iba entrando.

-Vamos a la terminal de autobuses- dijo.
Me tomó de la mano y me llevó hacia el auto, subí y me cerró la puerta, después él se subió y arranco rápidamente el motor.
Pronto llegamos a la terminal de autobuses, fuimos directo con el encargado.
-Hola de nuevo, somos de la policía, disculpe ¿podría hablar con los choferes de los autobuses de la ruta 2?- preguntó Charles.
-Claro, los buscaré- respondió el encargado.
-Pero solo los que trabajan en la noche- dijo Charles.
-Será más fácil, solo son dos choferes y ahora uno está en incapacidad, no puede venir a trabajar- revisó la lista- Ehm, Joel Wilson, búsquenlo al fondo a mano derecha.
-Muchas gracias- dijo Charles.
Caminamos hacia el fondo y luego dimos vuelta a la derecha, entramos en un pasillo oscuro; a lo lejos se veía un resplandor, corrimos hacia allá y del lado izquierdo había una entrada, entramos y vimos a un señor sentado en una silla, estaba de espaldas, nos acercamos con mucho cuidado.
-Detective Croft, doctora Grey, sabía que vendrían, por eso llegué antes- dijo.
-¿Joel Wilson?- preguntó Charles.
-Así es- se levantó y dio media vuelta para vernos- ustedes cada día se hacen más famosos, quería atraerlos a mí.
El señor era de edad avanzada, tenía en la cabeza un gorro que solo dejaba ver algunos cabellos canosos, su piel estaba arrugada, sus ojos hundidos entre unos marcados pómulos, llevaba una camisa de color azul, las mangas las tenía arremangadas, llevaba también un pantalón de mezclilla y unos zapatos negros y grandes.
-¿Atraernos? ¿Y para qué?- preguntó Charles.
De repente, detrás de un camión viejo salió un hombre, llevaba una capucha en la cabeza y caminó hasta quedar junto al chofer.
-Para verlos- dijo el hombre de la capucha.
-¿Vernos? ¿Quién eres tú?- preguntó Charles.
Alzó la cabeza y dejo ver la mitad de su rostro, al verlo me estremecí y sentí el mismo escalofrío que había sentido cuando vi a mi admirador secreto, era la misma sonrisa, la barba y el color de la piel.
-Son muy buenos, por cierto, detective Croft deberíamos de conocernos más- camino hacia nosotros- mi hermana esta fascinada con usted.
-¿Su hermana?- preguntó Charles.
-Sí, Anne, es mi hermana- sonrió.
El chofer camino hacia donde estaba el otro hombre.
-Por cierto Joel, ya no necesito tus servicios- volteó a ver al chofer y le disparó.
El chofer cayó al suelo y rápidamente un charco de sangre apareció debajo de él.
-Fue un excelente ayudante, al menos él no dejo que lo atraparan, como el otro- dijo.
-Estábamos a punto de atraparlo- dijo Charles.
-Sí, por eso lo maté- rio- doctora Grey, ¿ha extrañado mis regalos?
Charles volteó a verme, yo bajé la cabeza.
-Así que usted es el admirador de la doctora- dijo Charles.
-Sí, sí, por eso quería verlos, no los voy a matar, eso de que me serviría, quiero preguntarle a la doctora, ¿le gustaría ser mi amante?- sonrió.
Charles volteó a verme de nuevo.
-Recuerde, doctora, que si mi familia no le ha hecho nada al detective que está en Venecia es porque yo los estoy distrayendo. Si usted acepta ser mi amante estoy dispuesto a enfrentar a mi propia familia, salvar a su amigo el detective y dejar de matar gente inocente- suspiró.
Charles se acercó a mí y me abrazó.
-Has lo correcto- me susurró al oído.
-Oh, el remordimiento, ahora que está a punto de perderla es cuando la valora, ¿no?- dijo.
Charles se separó de mí y camino hasta quedar enfrente de Richard.
-Todo era una trampa, me deje seducir sin darme cuenta, me arrepiento de eso- dijo.
-Bueno en realidad usted no me importa, entonces doctora, ¿qué dice?
Lo voltee a ver con una mirada fría.
-No quiero ser tu amante- respondí.
Richard sonrió y junto sus palmas y alzó la cabeza mirando hacia el cielo.
-¿Por qué a los ingleses los haces tan estúpidos?- dijo en un tono de burla.
-Porque nosotros creemos en la justicia- dijo Charles.
Richard soltó una carcajada.
-Está bien, está bien- se dio la vuelta y caminó- los dejaré en paz, pero recuerde doctora que por su culpa seguirán muriendo personas- soltó otra carcajada y alzó su mano derecha con la que se despidió.
Charles se quedó viendo como desaparecía en la oscuridad, después volteó a verme; yo estaba temblando del miedo, mis rodillas se doblaron y caí hincada al suelo. Charles fue hacia mí y me abrazó.
-Tranquila, tranquila, te llevaré a tu casa.
Me alejé de él y me levante, comencé a caminar hacia la salida, Charles me siguió.

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